por Celeste Benavides y Ettiane Salamanca
A propósito de términos de moda -ya vimos algo sobre Transformación Digital, la agilidad o agile se ha tomado las conversaciones en directorios de grandes compañías, quienes buscan nuevas estrategias para volver sus negocios más eficientes y mejorar el tiempo en que entregan sus productos al mercado.
Antes de profundizar en por qué nos hace sentido, un poquito de historia. En el año 2001, se reunieron varios líderes de opinión en lo que respecta al Desarrollo de Software, para analizar y revisar los resultados del Chaos Report, un informe de la industria. El aspecto que más llamó su atención -y preocupación- fue la cantidad de proyectos que no llegaban a su fin cumpliendo la expectativa de sus clientes. El resultado de esta reunión fue el manifiesto ágil, que planteaba; “Estamos descubriendo formas mejores de desarrollar software tanto por nuestra propia experiencia como ayudando a terceros”, además de entregar valores y principios que soportaban el movimiento.
Desde ese entonces el movimiento ha evolucionado; llegó el escalamiento de equipos y la agilidad empresarial. Se ha hablado de actualizar el manifiesto, que los tiempos han cambiado, y que no enfrentan los mismos desafíos que en el año 2001, han aparecido nuevas interpretaciones y ideas del mismo como: Modern Agile o Heart of Agile, para nombrar algunas.
En nuestra experiencia, hemos visto valor en incorporar a los marcos de trabajos y prácticas ágiles, dinámicas y herramientas de otras disciplinas y corrientes como Art of Hosting, Teoría Integral, liderazgo participativo, entre otras, siempre y cuando no transformen ni distorsionen la forma de funcionar e intención de Scrum, Kanban, XP, Management 3.0 u otras prácticas más puramente ágiles. Además el participar en otras comunidades o tribus permite tomar una perspectiva distinta de cómo nos enfrentamos a los mismo desafíos con herramientas distintas. Esto nos hace sentido por 5 razones.
La agilidad está basada en valores y principios que sirven de guía para volver a las bases cada vez que nos encontramos perdidos, es decir que va más allá que una metodología o herramienta,Está centrada en las personas, en sus interacciones, crecimiento y empoderamiento.Nos permite reaccionar a tiempo, frente a los cambios en un mercado competitivo,Es tan flexible como para incorporar otras prácticas, lo cual es importante pues la agilidad es un camino, pero no es el único camino,Nos entrega marcos y guías para resolver problemas, las cuales han sido probadas en cientos de equipos alrededor del mundo.
Este es nuestro punto de vista, y probablemente existan tantas perspectivas como agilistas. La invitación es a leer, informarse, pero sobre todo a practicar. Es la única forma en que podremos prototipar y testear nuevos procesos, para mejorar continuamente y acercarnos a una forma diferente de trabajar.
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