top of page
Foto del escritorÁUREA

MANTÉN LA CALMA, ESTAMOS EN UN CAMBIO DE PARADIGMA.

Por Andrés Alvayay


Estamos en medio de un cambio de paradigma y no podemos continuar creyendo que podremos resolverlo usando las mismas lógicas que hemos venido utilizando. Ya sea a nivel personal, colectivo  u organizacional, los mecanismos que utilizamos para resolver los desafíos a los que nos enfrentamos, requieren de nuevas competencias, nuevas habilidades e incluso nuevos estadios mentales.

En una era donde los saltos tecnológicos son cada vez más cercanos entre si y donde la innovación y el emprendimiento cada día aportan nuevos productos y servicios, se hace evidente que las formas actuales de gestionar las organizaciones no sólo no responden a las necesidades del planeta sino que además no dan abasto para lidiar con la complejidad creciente del entorno.

Los sistemas de gestión y la naturaleza del trabajo no aportan a crear valor para todos. Necesitamos nuevos modelos organizacionales capaces de abordar los nuevos desafíos y las necesidades del planeta. Es momento de cambiar la forma en que nos relacionamos. No hacerlo representa una ceguera ante lo que está ocurriendo en nuestro mundo. No hacerlo significa continuar el ciclo de trabajadores descontentos y soluciones de recursos humanos que solo parchan la enfermedad. No hacerlo implica continuar con la explotación de recursos y el mantenimiento de un sistema que promueve la desigualdad.

Las organizaciones, que no son más que formas de colaboración, han evolucionado junto con el desarrollo humano, pasando desde el “cacicazgo” donde prevalece la ley del más fuerte, a  organizaciones donde el sometimiento a una “verdad” superior nos otorgaba seguridad (las religiones, las fuerzas armadas, algunos servicios públicos), hasta el pensamiento estratégico y el mérito personal como principales herramientas para conseguir los objetivos.  Incluso hoy podemos ver remanentes de dichos modelos.  El jefe patrón de fundo, que si no se hacen las cosas a su medida te echa. El manual de procedimientos que hace las veces de sagrada escritura desde el momento en que el empleado pasa a formar parte de la empresa.  Las estructuras de incentivos en áreas de ventas.

Tenemos la tendencia a creer que la forma de organizarse de la empresa privada, orientada al pensamiento estratégico y resultados, es replicable en cualquier emprendimiento humano (formal o informal).  Creemos que una organización sin fines de lucro que opera igual que una empresa privada será más exitosa. Que un servicio público que se administra igual que una empresa, estará mejor preparado para cumplir con sus objetivos.   Y es probable que así fuese en algún momento. La empresa privada ha demostrado organizarse de forma eficiente para cumplir con su propósito y tiene grandes resultados que mostrarnos, sin embargo estamos en un punto donde  las lógicas empresariales no son suficientes para la gran diversidad de desafíos a los que nos vemos enfrentados como sociedad  y que debemos resolver a través de distintas formas de colaboración.

Desafíos como la regeneración del medio ambiente, la inclusión social, la conciliación de la vida y el trabajo, requieren de formas de colaborar basadas en relaciones capaces de adaptarse a los requerimientos de la complejidad. Cada modelo organizacional ha debido evolucionar a uno capaz de resolver la realidad  que se presenta. Se requieren habilidades, competencias y hasta estados mentales capaces de gestionar las organizaciones de una forma que les permitan cumplir con su propósito, evolucionarlo, integrar la plenitud de todos quienes las componen, autogestionarse, todo mientras crean valor para la sociedad.

El cambio de paradigma no es fácil. Como Plataforma Áurea hemos estudiado las dificultades y las barreras a las que se enfrentan las organizaciones que están dispuestas a tomar el camino que las lleve a nuevos estados de desarrollo. Hemos visto cómo los procesos de cambio generan ansiedad que nos hace caer en patrones conocidos y refugiarnos en ellos.  Es por ello que trabajamos con las organizaciones, visualizándolas como sistemas complejos capaces de adaptar sus estructuras, sus procedimientos, su propósito  e incluso a quienes las componen  para así lograr sus resultados en armonía con el planeta. Ya sea a nivel personal, colectivo  u organizacional, los mecanismos que utilizamos para resolver los desafíos a los que nos enfrentamos, requieren de nuevas competencias, nuevas habilidades e incluso nuevos estados mentales.

En nuestro viaje estudiando modelos organizacionales, hemos descubierto y también diseñado herramientas, entre las que podemos mencionar nuevos sistemas de gestión que fomentan el uso de la inteligencia colectiva de los equipos, la identificación de drivers que impulsen la acción y el prototipado rápido.  Herramientas que permiten diagnosticar mapas mentales y las brechas necesarias para conformar equipos capaces de gestionar organizaciones que lidien con la complejidad.  

Hoy podemos decir con orgullo que estamos trabajando para generar más y mejores formas de relacionarnos, a través de organizaciones más conscientes, ecosistemas más inclusivos, actores más capacitados y principalmente,  con calma de que al poner el propósito como fuerza guiadora, estamos relacionándonos desde un lugar de honestidad y felicidad.  

4 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page